1. Mi espíritu está quebrantado, se acortan mis días, y me está preparado el sepulcro.
2. No hay conmigo sino escarnecedores en cuya provocación se fijan mis ojos.
3. Pon, ahora, mi fianza contigo; ¿quién me estrechará ahora la mano?
4. Porque del corazón de éstos has escondido el entendimiento; por tanto, no los exaltarás.