1. ¡Oh, si mi cabeza fuera agua y mis ojos fuente de lágrimas, para llorar día y noche por los muertos de la hija de mi pueblo!
2. ¡Oh, quién me diese en el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, asamblea de traidores.
3. Y tensaron su lengua como arco para lanzar mentira; y no se fortalecieron para la verdad en la tierra, porque de mal en mal procedieron y no me conocen, dice Jehová.