Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Jeremías 4:8-20 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Por esto vestíos de cilicio, lamentaos y aullad, porque la ardiente ira de Jehová no se ha apartado de nosotros.

9. Y acontecerá en aquel día, dice Jehová, que desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los príncipes; y los sacerdotes estarán atónitos, y se consternarán los profetas.

10. Y dije: ¡Ay, Jehová Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis, pues la espada ha entrado hasta el alma.

11. En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento abrasador de las alturas del desierto viene a la hija de mi pueblo, no para aventar ni para limpiar.

12. Un viento más fuerte que éste vendrá a mí; y ahora yo pronunciaré juicios contra ellos.

13. He aquí que subirá como las nubes, y sus carros como torbellino; más ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque dados somos al despojo!

14. Lava maldad tu corazón de la maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo albergarás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?

15. Porque una voz trae las nuevas desde Dan y hace oír la calamidad desde los montes de Efraín.

16. Decid a las naciones; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Sitiadores vienen de tierra lejana y darán su voz contra las ciudades de Judá.

17. Como guardias de campo están alrededor de ella, porque se rebeló contra mí, dice Jehová.

18. Tu camino y tus obras te hicieron esto; ésta es tu maldad, porque es amargura; penetra hasta tu corazón.

19. ¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón gime dentro de mí; no callaré, porque sonido de trompeta has oído, oh alma mía, el pregón de guerra.

20. Quebrantamiento sobre quebrantamiento se anuncia, porque toda la tierra es devastada; de repente son devastadas mis tiendas, en un momento mis cortinas.

Leer capítulo completo Jeremías 4