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Jeremías 38:12-28 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

12. Y dijo el etíope Ebed-melec a Jeremías: Pon ahora esas ropas raídas y esos trapos viejos bajo tus brazos, debajo de las sogas. Y así lo hizo Jeremías.

13. De este modo sacaron a Jeremías con sogas y lo subieron de la cisterna; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.

14. Después envió el rey Sedequías e hizo traer al profeta Jeremías a su presencia, en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Te hago una pregunta; no me ocultes ninguna cosa.

15. Y Jeremías dijo a Sedequías: Si te lo declaro, ¿no es cierto que me matarás? Y si te doy consejo, no me escucharás.

16. Y juró el rey Sedequías en secreto a Jeremías, diciendo: Vive Jehová, que nos hizo esta alma, que no te mataré ni te entregaré en manos de estos hombres que buscan tu vida.

17. Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: Si en verdad te pasas a los príncipes del rey de Babilonia, entonces tu alma vivirá y esta ciudad no será quemada con fuego; y vivirás tú, y tu casa;

18. pero si no te pasas a los príncipes del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en manos de los caldeos, y la quemarán con fuego, y tú no escaparás de sus manos.

19. Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de que los judíos que se han pasado a los caldeos me entreguen en sus manos y me maltraten.

20. Y dijo Jeremías: No te entregarán. Escucha ahora la voz de Jehová que yo te hablo, y te irá bien y vivirá tu alma.

21. Pero si no quieres entregarte, ésta es la palabra que me ha mostrado Jehová:

22. Y he aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán entregadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies y se volvieron atrás.

23. Entregarán, pues, todas tus esposas y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado y esta ciudad será quemada con fuego.

24. Y dijo Sedequías a Jeremías: Nadie sepa estas palabras, y no morirás.

25. Y si los príncipes oyen que yo he hablado contigo y vienen a ti a decirte: Decláranos ahora qué hablaste con el rey; no nos lo ocultes, y no te mataremos; y dinos qué te dijo el rey,

26. entonces les dirás: Supliqué al rey que no me hiciese volver a casa de Jonatán, a morir allí.

27. Y vinieron luego todos los príncipes a Jeremías y le preguntaron, y él les respondió conforme a todo lo que el rey le había mandado. Y no volvieron a preguntarle, porque el asunto no se había oído.

28. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel hasta el día en que fue tomada Jerusalén; y allí estaba cuando Jerusalén fue tomada.

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