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Jeremías 17:14-27 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

14. Sáname, oh Jehová, y seré sanado; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.

15. He aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra de Jehová? ¡Que venga!

16. Pero yo no me he apresurado en dejar de ser tu pastor ni he deseado el día de la calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido fue en tu presencia.

17. No seas terror para mí, pues mi refugio eres tú en el día del mal.

18. Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; atemorícense ellos, y no me atemorice yo; trae sobre ellos el día del mal y quebrántalos con doble quebranto.

19. Así me ha dicho Jehová: Ve y ponte en la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y en todas las puertas de Jerusalén,

20. y diles: Oíd la palabra de Jehová, reyes de Judá, y todo Judá y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas.

21. Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida y no llevéis carga en el día de reposo para meterla por las puertas de Jerusalén.

22. No saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo, como mandé a vuestros padres.

23. Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección.

24. Pero acontecerá que si vosotros diligentemente me obedecéis, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día de reposo, sino que santificáis el día de reposo, no haciendo en él ningún trabajo,

25. entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.

26. Y vendrán de las ciudades de Judá, y de los alrededores de Jerusalén, y de la tierra de Benjamín, y de la llanura, y de los montes y del sur, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e incienso, y trayendo ofrenda de gratitud a la casa de Jehová.

27. Pero si no me escucháis para santificar el día de reposo y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en el día de reposo, yo haré encender fuego en sus puertas que consumirá los palacios de Jerusalén y no se apagará.

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