6. Entonces voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas.
7. Y tocó con él sobre mi boca y dijo: He aquí que esto ha tocado tus labios, y tu iniquidad es quitada y borrado tu pecado.
8. Después oí la voz del Señor, diciendo: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces dije: Heme aquí, envíame a mí.
9. Y él dijo: Anda y di a este pueblo: Oíd bien, pero no entendáis; ved bien, pero no comprendáis.
10. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos y ciega sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se convierta y sea sanado.
11. Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin habitantes, y no haya hombre en las casas, y la tierra quede desierta;
12. hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres y haya multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra.
13. Pues aún quedará en ella una décima parte, y volverá, aunque será consumida como el terebinto y como la encina, de los cuales en la tala queda el tronco; así el tronco de ella será la simiente santa.