Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 34:3-8 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

3. Coméis la grosura y os vestís de la lana; matáis a la oveja engordada, pero no apacentáis al rebaño.

4. No fortalecisteis a las débiles ni curasteis a la enferma; no vendasteis a la perniquebrada, ni hicisteis volver a la descarriada ni buscasteis a la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con violencia y con severidad.

5. Y han sido dispersadas por falta de pastor, y han llegado a ser comida de toda fiera del campo y han sido dispersadas.

6. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes y en todo collado alto; y por toda la faz de la tierra fueron dispersadas mis ovejas, y no hubo quien las buscase ni quien preguntase por ellas.

7. Por tanto, pastores, oíd la palabra de Jehová:

8. Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser presa, y mis ovejas llegaron a ser comida de toda fiera del campo, porque no había pastor; y mis pastores no buscaron a mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos y no apacentaron a mis ovejas,

Leer capítulo completo Ezequiel 34