1. Y me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel.
2. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
3. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel.
4. Entonces me dijo: Hijo de hombre, ve, acércate a la casa de Israel y habla a ellos con mis palabras.
5. Porque no eres enviado a un pueblo de habla incomprensible ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel;
6. no a muchos pueblos de habla incomprensible ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; si a ellos yo te enviara, ellos sí te escucharían.
7. Pero la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; pues toda la casa de Israel es dura de frente y dura de corazón.
8. He aquí, yo he hecho tu rostro duro contra los rostros de ellos, y tu frente dura contra sus frentes.
9. Como el diamante, más duro que el pedernal, he hecho tu frente; no los temas ni tengas miedo delante de ellos, porque son una casa rebelde.
10. Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré y oye con tus oídos.