31. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones que habéis cometido, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?
32. Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor. ¡Arrepentíos, pues, y viviréis!