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Ezequiel 16:20-32 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

20. Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones,

21. para que mataras a mis hijos y se los dieras para hacerlos pasar por el fuego ante ellas?

22. Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, agitándote en tu propia sangre.

23. Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti!, dice Jehová el Señor),

24. te construiste un lugar elevado y te hiciste lugares altos en todas las plazas.

25. En toda cabecera de camino edificaste tu lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te entregaste a cuantos pasaban y multiplicaste tus fornicaciones.

26. Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, robustos de cuerpo; y aumentaste tus fornicaciones para provocarme a ira.

27. Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano y disminuí tu provisión ordinaria; y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu malvado camino.

28. Fornicaste también con los hijos de Asiria por no haberte saciado; fornicaste con ellos y tampoco te saciaste.

29. Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán, hasta Caldea, y tampoco con esto te saciaste.

30. ¡Cuán débil es tu corazón!, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada,

31. edificando tu montículo en la cabecera de todo camino y haciendo tu lugar alto en todas las plazas. Y no fuiste semejante a ramera al menospreciar la paga,

32. sino como esposa adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños.

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