15. Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo con pestilencia, y serás quitado de la tierra.
16. Y a la verdad, yo te he puesto para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea proclamado en toda la tierra.
17. ¿Todavía te ensalzas tú contra mi pueblo para no dejarlos ir?
18. He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca ha habido en Egipto, desde el día en que se fundó hasta ahora.
19. Envía, pues, a recoger tu ganado y todo lo que tienes en el campo, porque el granizo descenderá sobre todo hombre o animal que se hallare en el campo y no fuere recogido en casa, y morirá.
20. De los siervos de Faraón, el que temió la palabra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa;
21. pero el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó a sus criados y sus ganados en el campo.
22. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto.
23. Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
24. Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada.
25. Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país.
26. Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.