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Éxodo 4:8-24 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren la voz de la primera señal, creerán la voz de la postrera.

9. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y aquellas aguas que saques del río se volverán sangre sobre la tierra.

10. Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! Yo no soy hombre de fácil palabra, ni en el pasado, ni desde que tú hablas a tu siervo, porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.

11. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Jehová?

12. Ahora pues, ve, que yo estaré en tu boca, y te enseñaré lo que has de decir.

13. Y él dijo: ¡Ay, Señor! Envía por mano del que tú quieras enviar.

14. Entonces Jehová se enojó contra Moisés y le dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien. Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte, se alegrará en su corazón.

15. Tú hablarás a él y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer.

16. Y él hablará por ti al pueblo; y él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.

17. Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.

18. Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

19. Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Ve, y vuelve a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.

20. Entonces Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, y los puso sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto; tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.

21. Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.

22. Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.

23. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me sirva, pero no has querido dejarlo ir; he aquí, yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.

24. Y aconteció en el camino, en una posada, que le salió al encuentro Jehová y quiso matarlo.

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