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Ester 4:8-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Le dio también una copia del texto del decreto que había sido promulgado en Susa para que fuesen destruidos, a fin de que la mostrara a Ester, y se lo declarase, y le encargara que fuese ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su pueblo.

9. Y regresó Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo.

10. Entonces Ester habló con Hatac y le mandó decir a Mardoqueo:

11. Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que entre al patio interior para ver al rey, sin ser llamado, hay una sola ley: Ha de morir, salvo aquel a quien el rey extienda el cetro de oro; ése vivirá, y yo no he sido llamada para entrar a ver al rey estos treinta días.

12. Y dijeron a Mardoqueo las palabras de Ester.

13. Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses en tu alma que, estando en la casa del rey, sólo tú escaparás entre todos los judíos.

14. Porque si permaneces callada en este tiempo, el alivio y la liberación de los judíos surgirán de otra parte; pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora tú has llegado al reino?

15. Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo:

16. Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí y no comáis ni bebáis en tres días, ni de noche ni de día. Yo también ayunaré con mis doncellas igualmente, y así entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.

17. Entonces Mardoqueo se fue e hizo conforme a todo lo que le había mandado Ester.

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