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Eclesiastés 2:10-12 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

10. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón se gozaba de todo mi trabajo; y ésta fue la recompensa de toda mi labor.

11. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos y el trabajo que me tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

12. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría, y los desvaríos y la necedad; porque, ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey, sino lo que ya se ha hecho?

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