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Eclesiastés 2:1-13 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Dije yo en mi corazón: Ve ahora, te probaré con la alegría, y gozarás de lo bueno. Mas he aquí esto también era vanidad.

2. De la risa dije: Es locura; y de la alegría: ¿De qué sirve esto?

3. Propuse en mi corazón agasajar mi cuerpo con vino y, mientras mi corazón me guiaba con sabiduría, retener al mismo tiempo la necedad, hasta ver cuál es el bien que los hijos de los hombres hacen debajo del cielo en los contados días de su vida.

4. Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, planté viñas,

5. me hice huertos y jardines y planté en ellos toda clase de árboles frutales.

6. Me hice estanques de agua para regar el bosque donde crecían los árboles.

7. Adquirí siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve gran posesión de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.

8. Reuní también para mí plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y de los deleites de los hijos de los hombres y de toda clase de instrumentos musicales.

9. Y fui engrandecido y prosperé más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; además de esto, permaneció conmigo mi sabiduría.

10. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón se gozaba de todo mi trabajo; y ésta fue la recompensa de toda mi labor.

11. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos y el trabajo que me tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

12. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría, y los desvaríos y la necedad; porque, ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey, sino lo que ya se ha hecho?

13. Y he visto que la sabiduría sobrepuja a la necedad, así como la luz a las tinieblas.

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