Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Daniel 4:31-37 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

31. Aún estaba la palabra en la boca del rey cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, oh rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;

32. y de entre los hombres te echarán, y con las bestias del campo será tu morada y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que entiendas que el Altísimo tiene dominio sobre el reino de los hombres, y a quien él quiere lo da.

33. En aquella misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila y sus uñas como las de las aves.

34. Mas al fin del tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, porque su dominio es sempiterno y su reino, de generación en generación.

35. Y todos los moradores de la tierra son considerados como nada; y con el ejército del cielo y con los habitantes de la tierra hace según su voluntad; y no hay quien detenga su mano y le diga: ¿Qué haces?

36. En ese mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis consejeros y mis nobles me buscaron; y fui restituido a mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.

37. Ahora, yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y justos sus caminos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

Leer capítulo completo Daniel 4