Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Daniel 3:16-25 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

16. Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: No hace falta responderte sobre este asunto.

17. Si es así, nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tus manos, oh rey, él nos librará.

18. Y si no, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.

19. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira y cambió la expresión de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y respondió y ordenó que el horno se calentara siete veces más de lo acostumbrado.

20. Y mandó a hombres muy fuertes que tenía en su ejército que atasen a Sadrac, a Mesac y a Abed-nego para echarlos en el horno de fuego ardiente.

21. Entonces estos hombres fueron atados con sus mantos, y sus calzas, y sus turbantes y sus otras ropas, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiente.

22. Y como la orden del rey era apremiante, y habían calentado mucho el horno, la llama del fuego mató a los que habían alzado a Sadrac, a Mesac y a Abed-nego.

23. Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiente.

24. Entonces el rey Nabucodonosor se asombró, y se levantó apresuradamente, y habló y dijo a los de su consejo: ¿No echamos a tres hombres atados dentro del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey.

25. Respondió él y dijo: He aquí que yo veo cuatro hombres sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.

Leer capítulo completo Daniel 3