11. Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual encomendó a cuidadores, cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.
12. Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, oh Salomón, y doscientas para los que cuidan su fruto.
13. Tú, que moras en los huertos, los compañeros escuchan tu voz. ¡Házmela oír!
14. Apresúrate, amado mío, y sé semejante a la gacela, o al cervatillo, sobre los montes de los aromas.