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2 Reyes 6:21-33 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

21. Y cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mato, padre mío? ¿Los mato?

22. Y él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y regresen a sus señores.

23. Entonces les preparó una gran comida; y cuando hubieron comido y bebido, los envió, y ellos regresaron a su señor. Y nunca más vinieron tropas de Siria a la tierra de Israel.

24. Después de esto aconteció que Ben-adad, rey de Siria, reunió todo su ejército, y subió y sitió Samaria.

25. Y hubo gran hambre en Samaria, porque ellos la sitiaron mucho tiempo, tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.

26. Y al pasar el rey de Israel por el muro, una mujer le dio voces y dijo: ¡Ayúdame, oh rey, señor mío!

27. Y él dijo: Si no te ayuda Jehová, ¿de dónde te voy a ayudar yo? ¿Del alfolí o del lagar?

28. Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío.

29. Cocimos, pues, mi hijo y lo comimos. Al día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Pero ella ha escondido a su hijo.

30. Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía debajo de su ropa, sobre su cuerpo.

31. Y él dijo: Así me haga Dios y aun me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda sobre él hoy.

32. Y estaba Eliseo sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un hombre. Pero antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto cómo este hijo de homicida envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, y cuando venga el mensajero, cerrad la puerta e impedidle la entrada. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su amo?

33. Aún estaba él hablando con ellos cuando, he aquí, el mensajero que descendía a él dijo: Ciertamente este mal viene de Jehová. ¿Por qué he de esperar más en Jehová?

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