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2 Crónicas 29:22-36 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

22. Mataron, pues, los novillos, y los sacerdotes recibieron la sangre y la esparcieron sobre el altar; mataron luego los carneros y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos y esparcieron la sangre sobre el altar.

23. Y trajeron los machos cabríos de la ofrenda por el pecado delante del rey y de la congregación, y pusieron sus manos sobre ellos;

24. y los sacerdotes los mataron e hicieron ofrenda por el pecado con la sangre de ellos sobre el altar, para hacer expiación por todo Israel, porque el rey mandó ofrecer el holocausto y la ofrenda por el pecado a favor de todo Israel.

25. Puso también a los levitas en la casa de Jehová con címbalos, con salterios y con arpas, conforme al mandamiento de David y de Gad, el vidente del rey, y del profeta Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas.

26. Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas.

27. Entonces mandó Ezequías ofrecer el holocausto en el altar; y al tiempo que comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David, rey de Israel.

28. Y toda la congregación adoraba, y los cantores cantaban y las trompetas sonaban; todo esto duró hasta consumirse el holocausto.

29. Y cuando esto terminó, el rey y todos los que con él estaban se inclinaron y adoraron.

30. Entonces el rey Ezequías y los principales dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf, el vidente; y ellos alabaron con gran alegría, y se inclinaron y adoraron.

31. Y respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y ofrendas de acción de gracias en la casa de Jehová. Y la congregación presentó sacrificios y ofrendas de acción de gracias, y todos los generosos de corazón trajeron holocaustos.

32. Y el número de los holocaustos que trajo la congregación fue de setenta novillos, cien carneros y doscientos corderos; todo para el holocausto de Jehová.

33. Y las ofrendas consagradas fueron seiscientos novillos y tres mil ovejas.

34. Pero los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar los holocaustos, y sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los sacerdotes se santificaron, porque los levitas fueron más rectos de corazón para santificarse que los sacerdotes.

35. Así, pues, hubo abundancia de holocaustos, con la grasa de las ofrendas de paz y las libaciones para cada holocausto. Y así quedó restablecido el servicio de la casa de Jehová.

36. Y se alegró Ezequías y todo el pueblo de que Dios hubiese preparado al pueblo, porque la cosa fue hecha súbitamente.

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