7. Dios nuestro, ¿no expulsaste tú a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre?
8. Y ellos han habitado en ella y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:
9. Si el mal viene sobre nosotros, o espada, o juicio, o pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa); y en nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.
10. Ahora pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, por cuya tierra no permitiste que pasase Israel cuando venían de la tierra de Egipto, de modo que se apartaron de ellos, y no los destruyeron;
11. he aquí, ellos nos dan el pago, viniendo a echarnos de tu heredad, que tú nos diste en posesión.