Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Santiago 3:6-18 Nueva Versión Internacional (NVI)

6. También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.

7. El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas;

8. pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.

9. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios.

10. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

11. ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?

12. Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.

13. ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría.

14. Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad.

15. Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica.

16. Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.

17. En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.

18. En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz.

Leer capítulo completo Santiago 3