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Romanos 15:1-17 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada.

2. Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo.

3. Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo sino que, como está escrito: «Sobre mí han recaído los insultos de tus detractores.»

4. De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.

5. Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús,

6. para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

7. Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.

8. Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas,

9. y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, como está escrito:«Por eso te alabaré entre las naciones;cantaré salmos a tu nombre.»

10. En otro pasaje dice:«Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios.»

11. Y en otra parte:«¡Alaben al Señor, naciones todas!¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!»

12. A su vez, Isaías afirma:«Brotará la raíz de Isaí,el que se levantará para gobernar a las naciones;en él los pueblos pondrán su esperanza.»

13. Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

14. Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros.

15. Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos asuntos, como para refrescarles la memoria. Me he atrevido a hacerlo por causa de la gracia que Dios me dio

16. para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles. Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo.

17. Por tanto, mi servicio a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo Jesús.

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