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Mateo 9:23-38 Nueva Versión Internacional (NVI)

23. Cuando Jesús entró en la casa del dirigente y vio a los flautistas y el alboroto de la gente,

24. les dijo:—Váyanse. La niña no está muerta sino dormida.Entonces empezaron a burlarse de él.

25. Pero cuando se les hizo salir, entró él, tomó de la mano a la niña, y ésta se levantó.

26. La noticia se divulgó por toda aquella región.

27. Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole:—¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

28. Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó:—¿Creen que puedo sanarlos?—Sí, Señor —le respondieron.

29. Entonces les tocó los ojos y les dijo:—Se hará con ustedes conforme a su fe.

30. Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza:—Asegúrense de que nadie se entere de esto.

31. Pero ellos salieron para divulgar por toda aquella región la noticia acerca de Jesús.

32. Mientras ellos salían, le llevaron un mudo endemoniado.

33. Así que Jesús expulsó al demonio, y el que había estado mudo habló. La multitud se maravillaba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel.»

34. Pero los fariseos afirmaban: «Éste expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios.»

35. Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.

36. Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.

37. «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—.

38. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»

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