26. —Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo?Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.
27. Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y las olas le obedecen?»
28. Cuando Jesús llegó al otro lado, a la región de los gadarenos, dos endemoniados le salieron al encuentro de entre los sepulcros. Eran tan violentos que nadie se atrevía a pasar por aquel camino.
29. De pronto le gritaron:—¿Por qué te entrometes, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes del tiempo señalado?
30. A cierta distancia de ellos estaba paciendo una gran manada de cerdos.