Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 26:61-73 Nueva Versión Internacional (NVI)

61. que declararon:—Este hombre dijo: “Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días.”

62. Poniéndose en pie, el sumo sacerdote le dijo a Jesús:—¿No vas a responder? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

63. Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió:—Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios.

64. —Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante verán ustedes al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

65. —¡Ha blasfemado! —exclamó el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—. ¿Para qué necesitamos más testigos? ¡Miren, ustedes mismos han oído la blasfemia!

66. ¿Qué piensan de esto?—Merece la muerte —le contestaron.

67. Entonces algunos le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban

68. y decían:—A ver, Cristo, ¡adivina quién te pegó!

69. Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se le acercó.—Tú también estabas con Jesús de Galilea —le dijo.

70. Pero él lo negó delante de todos, diciendo:—No sé de qué estás hablando.

71. Luego salió a la puerta, donde otra criada lo vio y dijo a los que estaban allí:—Éste estaba con Jesús de Nazaret.

72. Él lo volvió a negar, jurándoles:—¡A ese hombre ni lo conozco!

73. Poco después se acercaron a Pedro los que estaban allí y le dijeron:—Seguro que eres uno de ellos; se te nota por tu acento.

Leer capítulo completo Mateo 26