Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 26:23-40 Nueva Versión Internacional (NVI)

23. —El que mete la mano conmigo en el plato es el que me va a traicionar —respondió Jesús—.

24. A la verdad el Hijo del hombre se irá, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

25. —¿Acaso seré yo, Rabí? —le dijo Judas, el que lo iba a traicionar.—Tú lo has dicho —le contestó Jesús.

26. Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciéndoles:—Tomen y coman; esto es mi cuerpo.

27. Después tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció diciéndoles:—Beban de ella todos ustedes.

28. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados.

29. Les digo que no beberé de este fruto de la vid desde ahora en adelante, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.

30. Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.

31. —Esta misma noche —les dijo Jesús— todos ustedes me abandonarán, porque está escrito:»“Heriré al pastor,y se dispersarán las ovejas del rebaño.”

32. Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea.

33. —Aunque todos te abandonen —declaró Pedro—, yo jamás lo haré.

34. —Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.

35. —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro—, jamás te negaré.Y los demás discípulos dijeron lo mismo.

36. Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar.»

37. Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado.

38. «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo.»

39. Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»

40. Luego volvió adonde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —le dijo a Pedro—.

Leer capítulo completo Mateo 26