11. Después llegaron también las otras. “¡Señor! ¡Señor! —suplicaban—. ¡Ábrenos la puerta!”
12. “¡No, no las conozco!”, respondió él.
13. »Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora.
14. »El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes.