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Mateo 21:23-39 Nueva Versión Internacional (NVI)

23. Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo.—¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?

24. —Yo también voy a hacerles una pregunta. Si me la contestan, les diré con qué autoridad hago esto.

25. El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de la tierra?Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”

26. Pero si decimos: “De la tierra” … tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta.» Así que le respondieron a Jesús:

27. —No lo sabemos.—Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.

28. »¿Qué les parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo.”

29. “No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue.

30. Luego el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Éste contestó: “Sí, señor”; pero no fue.

31. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?—El primero —contestaron ellos.Jesús les dijo:—Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios.

32. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.

33. »Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.

34. Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, mandó sus siervos a los labradores para recibir de éstos lo que le correspondía.

35. Los labradores agarraron a esos siervos; golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero.

36. Después les mandó otros siervos, en mayor número que la primera vez, y también los maltrataron.

37. »Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!”

38. Pero cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Matémoslo, para quedarnos con su herencia.”

39. Así que le echaron mano, lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.

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