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Mateo 17:9-23 Nueva Versión Internacional (NVI)

9. Mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó:—No le cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del hombre resucite.

10. Entonces los discípulos le preguntaron a Jesús:—¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías tiene que venir primero?

11. —Sin duda Elías viene, y restaurará todas las cosas —respondió Jesús—.

12. Pero les digo que Elías ya vino, y no lo reconocieron sino que hicieron con él todo lo que quisieron. De la misma manera va a sufrir el Hijo del hombre a manos de ellos.

13. Entonces entendieron los discípulos que les estaba hablando de Juan el Bautista.

14. Cuando llegaron a la multitud, un hombre se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él.

15. —Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua.

16. Se lo traje a tus discípulos, pero no pudieron sanarlo.

17. —¡Ah, generación incrédula y perversa! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.

18. Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquel momento.

19. Después los discípulos se acercaron a Jesús y, en privado, le preguntaron:—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?

20. —Porque ustedes tienen tan poca fe —les respondió—. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.

22. Estando reunidos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

23. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.» Y los discípulos se entristecieron mucho.

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