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Mateo 13:22-38 Nueva Versión Internacional (NVI)

22. El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto.

23. Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Éste sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno.

24. Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.

25. Pero mientras todos dormían, llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y se fue.

26. Cuando brotó el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba.

27. Los siervos fueron al dueño y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted semilla buena en su campo? Entonces, ¿de dónde salió la mala hierba?”

28. “Esto es obra de un enemigo”, les respondió. Le preguntaron los siervos: “¿Quiere usted que vayamos a arrancarla?”

29. “¡No! —les contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba, arranquen con ella el trigo.

30. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces les diré a los segadores: Recojan primero la mala hierba, y átenla en manojos para quemarla; después recojan el trigo y guárdenlo en mi granero.”»

31. Les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.

32. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas.»

33. Les contó otra parábola más: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en una gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa.»

34. Jesús le dijo a la multitud todas estas cosas en parábolas. Sin emplear parábolas no les decía nada.

35. Así se cumplió lo dicho por el profeta:«Hablaré por medio de parábolas;revelaré cosas que han estado ocultas desde la creación del mundo.»

36. Una vez que se despidió de la multitud, entró en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le pidieron:—Explícanos la parábola de la mala hierba del campo.

37. —El que sembró la buena semilla es el Hijo del hombre —les respondió Jesús—.

38. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los hijos del reino. La mala hierba son los hijos del maligno,

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