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Mateo 12:2-22 Nueva Versión Internacional (NVI)

2. Al ver esto, los fariseos le dijeron:—¡Mira! Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en sábado.

3. Él les contestó:—¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre?

4. Entró en la casa de Dios, y él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos sino sólo a los sacerdotes.

5. ¿O no han leído en la ley que los sacerdotes en el templo profanan el sábado sin incurrir en culpa?

6. Pues yo les digo que aquí está uno más grande que el templo.

7. Si ustedes supieran lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”, no condenarían a los que no son culpables.

8. Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado.

9. Pasando de allí, entró en la sinagoga,

10. donde había un hombre que tenía una mano paralizada. Como buscaban un motivo para acusar a Jesús, le preguntaron:—¿Está permitido sanar en sábado?

11. Él les contestó:—Si alguno de ustedes tiene una oveja y en sábado se le cae en un hoyo, ¿no la agarra y la saca?

12. ¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado.

13. Entonces le dijo al hombre:—Extiende la mano.Así que la extendió y le quedó restablecida, tan sana como la otra.

14. Pero los fariseos salieron y tramaban cómo matar a Jesús.

15. Consciente de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron, y él sanó a todos los enfermos,

16. pero les ordenó que no dijeran quién era él.

17. Esto fue para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:

18. «Éste es mi siervo, a quien he escogido,mi amado, en quien estoy muy complacido;sobre él pondré mi Espíritu,y proclamará justicia a las naciones.

19. No disputará ni gritará;nadie oirá su voz en las calles.

20. No acabará de romper la caña quebradani apagará la mecha que apenas arde,hasta que haga triunfar la justicia.

21. Y en su nombre pondrán las naciones su esperanza.»

22. Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar.

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