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Marcos 5:29-39 Nueva Versión Internacional (NVI)

29. Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción.

30. Al momento también Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó:—¿Quién me ha tocado la ropa?

31. —Ves que te apretuja la gente —le contestaron sus discípulos—, y aun así preguntas: “¿Quién me ha tocado?”

32. Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho.

33. La mujer, sabiendo lo que le había sucedido, se acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le confesó toda la verdad.

34. —¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.

35. Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle:—Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?

36. Sin hacer caso de la noticia, Jesús le dijo al jefe de la sinagoga:—No tengas miedo; cree nada más.

37. No dejó que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.

38. Cuando llegaron a la casa del jefe de la sinagoga, Jesús notó el alboroto, y que la gente lloraba y daba grandes alaridos.

39. Entró y les dijo:—¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta sino dormida.

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