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Marcos 10:36-50 Nueva Versión Internacional (NVI)

36. —¿Qué quieren que haga por ustedes?

37. —Concédenos que en tu glorioso reino uno de nosotros se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.

38. —No saben lo que están pidiendo —les replicó Jesús—. ¿Pueden acaso beber el trago amargo de la copa que yo bebo, o pasar por la prueba del bautismo con el que voy a ser probado?

39. —Sí, podemos.—Ustedes beberán de la copa que yo bebo —les respondió Jesús— y pasarán por la prueba del bautismo con el que voy a ser probado,

40. pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí concederlo. Eso ya está decidido.

41. Los otros diez, al oír la conversación, se indignaron contra Jacobo y Juan.

42. Así que Jesús los llamó y les dijo:—Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad.

43. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor,

44. y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos.

45. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

46. Después llegaron a Jericó. Más tarde, salió Jesús de la ciudad acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino.

47. Al oír que el que venía era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:—¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!

48. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más:—¡Hijo de David, ten compasión de mí!

49. Jesús se detuvo y dijo:—Llámenlo.Así que llamaron al ciego.—¡Ánimo! —le dijeron—. ¡Levántate! Te llama.

50. Él, arrojando la capa, dio un salto y se acercó a Jesús.

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