15. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.»
16. Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
17. Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él.—Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?