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Lucas 9:30-42 Nueva Versión Internacional (NVI)

30. Y aparecieron dos personajes —Moisés y Elías— que conversaban con Jesús.

31. Tenían un aspecto glorioso, y hablaban de la partida de Jesús, que él estaba por llevar a cabo en Jerusalén.

32. Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño, pero cuando se despabilaron, vieron su gloria y a los dos personajes que estaban con él.

33. Mientras éstos se apartaban de Jesús, Pedro, sin saber lo que estaba diciendo, propuso:—Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Podemos levantar tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías.

34. Estaba hablando todavía cuando apareció una nube que los envolvió, de modo que se asustaron.

35. Entonces salió de la nube una voz que dijo: «Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo.»

36. Después de oírse la voz, Jesús quedó solo. Los discípulos guardaron esto en secreto, y por algún tiempo a nadie contaron nada de lo que habían visto.

37. Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, le salió al encuentro mucha gente.

38. Y un hombre de entre la multitud exclamó:—Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo.

39. Resulta que un espíritu se posesiona de él, y de repente el muchacho se pone a gritar; también lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta.

40. Ya les rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.

41. —¡Ah, generación incrédula y perversa! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.

42. Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre.

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