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Lucas 8:44-56 Nueva Versión Internacional (NVI)

44. Ella se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, y al instante cesó su hemorragia.

45. —¿Quién me ha tocado? —preguntó Jesús.Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo:—Maestro, son multitudes las que te aprietan y te oprimen.

46. —No, alguien me ha tocado —replicó Jesús—; yo sé que de mí ha salido poder.

47. La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante.

48. —Hija, tu fe te ha sanado —le dijo Jesús—. Vete en paz.

49. Todavía estaba hablando Jesús, cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle:—Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.

50. Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo:—No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada.

51. Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara con él, excepto Pedro, Juan y Jacobo, y el padre y la madre de la niña.

52. Todos estaban llorando, muy afligidos por ella.—Dejen de llorar —les dijo Jesús—. No está muerta sino dormida.

53. Entonces ellos empezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta.

54. Pero él la tomó de la mano y le dijo:—¡Niña, levántate!

55. Recobró la vida y al instante se levantó. Jesús mandó darle de comer.

56. Los padres se quedaron atónitos, pero él les advirtió que no contaran a nadie lo que había sucedido.

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