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Lucas 8:12-28 Nueva Versión Internacional (NVI)

12. Los que están junto al camino son los que oyen, pero luego viene el diablo y les quita la palabra del corazón, no sea que crean y se salven.

13. Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Éstos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.

14. La parte que cayó entre espinos son los que oyen, pero, con el correr del tiempo, los ahogan las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida, y no maduran.

15. Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen; y como perseveran, producen una buena cosecha.

16. »Nadie enciende una lámpara para después cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz.

17. No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente.

18. Por lo tanto, pongan mucha atención. Al que tiene, se le dará más; al que no tiene, hasta lo que cree tener se le quitará.»

19. La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero como había mucha gente, no lograban acercársele.

20. —Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte —le avisaron.

21. Pero él les contestó:—Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica.

22. Un día subió Jesús con sus discípulos a una barca.—Crucemos al otro lado del lago —les dijo.Así que partieron,

23. y mientras navegaban, él se durmió. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de modo que la barca comenzó a inundarse y corrían gran peligro.

24. Los discípulos fueron a despertarlo.—¡Maestro, Maestro, nos vamos a ahogar! —gritaron.Él se levantó y reprendió al viento y a las olas; la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo.

25. —¿Dónde está la fe de ustedes? —les dijo a sus discípulos.Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?»

26. Navegaron hasta la región de los gerasenos, que está al otro lado del lago, frente a Galilea.

27. Al desembarcar Jesús, un endemoniado que venía del pueblo le salió al encuentro. Hacía mucho tiempo que este hombre no se vestía; tampoco vivía en una casa sino en los sepulcros.

28. Cuando vio a Jesús, dio un grito y se arrojó a sus pies. Entonces exclamó con fuerza:—¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!

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