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Lucas 5:15-23 Nueva Versión Internacional (NVI)

15. Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades.

16. Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar.

17. Un día, mientras enseñaba, estaban sentados allí algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para sanar a los enfermos.

18. Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Procuraron entrar para ponerlo delante de Jesús,

19. pero no pudieron a causa de la multitud. Así que subieron a la azotea y, separando las tejas, lo bajaron en la camilla hasta ponerlo en medio de la gente, frente a Jesús.

20. Al ver la fe de ellos, Jesús dijo:—Amigo, tus pecados quedan perdonados.

21. Los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?»

22. Pero Jesús supo lo que estaban pensando y les dijo:—¿Por qué razonan así?

23. ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o “Levántate y anda”?

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