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Lucas 2:22-26 Nueva Versión Internacional (NVI)

22. Así mismo, cuando se cumplió el tiempo en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.

23. Así cumplieron con lo que en la ley del Señor está escrito: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor».

24. También ofrecieron un sacrificio conforme a lo que la ley del Señor dice: «un par de tórtolas o dos pichones de paloma».

25. Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él

26. y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor.

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