Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Lucas 18:1-13 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.

2. Les dijo: «Había en cierto pueblo un juez que no tenía temor de Dios ni consideración de nadie.

3. En el mismo pueblo había una viuda que insistía en pedirle: “Hágame usted justicia contra mi adversario.”

4. Durante algún tiempo él se negó, pero por fin concluyó: “Aunque no temo a Dios ni tengo consideración de nadie,

5. como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible.”»

6. Continuó el Señor: «Tengan en cuenta lo que dijo el juez injusto.

7. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?

8. Les digo que sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?»

9. A algunos que, confiando en sí mismos, se creían justos y que despreciaban a los demás, Jesús les contó esta parábola:

10. «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos.

11. El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.

12. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo.”

13. En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”

Leer capítulo completo Lucas 18