Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 9:31-41 Nueva Versión Internacional (NVI)

31. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí a los piadosos y a quienes hacen su voluntad.

32. Jamás se ha sabido que alguien le haya abierto los ojos a uno que nació ciego.

33. Si este hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada.

34. Ellos replicaron:—Tú, que naciste sumido en pecado, ¿vas a darnos lecciones?Y lo expulsaron.

35. Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre, y al encontrarlo le preguntó:—¿Crees en el Hijo del hombre?

36. —¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él.

37. —Pues ya lo has visto —le contestó Jesús—; es el que está hablando contigo.

38. —Creo, Señor —declaró el hombre.Y, postrándose, lo adoró.

39. Entonces Jesús dijo:—Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.

40. Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron:—¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?

41. Jesús les contestó:—Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece.

Leer capítulo completo Juan 9