46. —¡Nunca nadie ha hablado como ese hombre! —declararon los guardias.
47. —¿Así que también ustedes se han dejado engañar? —replicaron los fariseos—.
48. ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?
49. ¡No! Pero esta gente, que no sabe nada de la ley, está bajo maldición.