8. Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón Pedro, le dijo:
9. —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?
10. —Hagan que se sienten todos —ordenó Jesús.En ese lugar había mucha hierba. Así que se sentaron, y los varones adultos eran como cinco mil.
11. Jesús tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados.
12. Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos:—Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.
13. Así lo hicieron, y con los pedazos de los cinco panes de cebada que les sobraron a los que habían comido, llenaron doce canastas.
14. Al ver la señal que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: «En verdad éste es el profeta, el que ha de venir al mundo.»
15. Pero Jesús, dándose cuenta de que querían llevárselo a la fuerza y declararlo rey, se retiró de nuevo a la montaña él solo.
16. Cuando ya anochecía, sus discípulos bajaron al lago
17. y subieron a una barca, y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaúm. Para entonces ya había oscurecido, y Jesús todavía no se les había unido.
18. Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado.
19. Habrían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron.
20. Pero él les dijo: «No tengan miedo, que soy yo.»