Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 13:9-24 Nueva Versión Internacional (NVI)

9. —Entonces, Señor, ¡no sólo los pies sino también las manos y la cabeza!

10. —El que ya se ha bañado no necesita lavarse más que los pies —le contestó Jesús—; pues ya todo su cuerpo está limpio. Y ustedes ya están limpios, aunque no todos.

11. Jesús sabía quién lo iba a traicionar, y por eso dijo que no todos estaban limpios.

12. Cuando terminó de lavarles los pies, se puso el manto y volvió a su lugar. Entonces les dijo:—¿Entienden lo que he hecho con ustedes?

13. Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.

14. Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.

15. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.

16. Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más que su amo, y ningún mensajero es más que el que lo envió.

17. ¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica.

18. »No me refiero a todos ustedes; yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla la Escritura: “El que comparte el pan conmigo me ha puesto la zancadilla.”

19. »Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean que yo soy.

20. Ciertamente les aseguro que el que recibe al que yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me envió.

21. Dicho esto, Jesús se angustió profundamente y declaró:—Ciertamente les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

22. Los discípulos se miraban unos a otros sin saber a cuál de ellos se refería.

23. Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba a su lado.

24. Simón Pedro le hizo señas a ese discípulo y le dijo:—Pregúntale a quién se refiere.

Leer capítulo completo Juan 13