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Hechos 9:5-20 Nueva Versión Internacional (NVI)

5. —¿Quién eres, Señor? —preguntó.—Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—.

6. Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.

7. Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron atónitos, porque oían la voz pero no veían a nadie.

8. Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco.

9. Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.

10. Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión.—¡Ananías!—Aquí estoy, Señor.

11. —Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando,

12. y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.

13. Entonces Ananías respondió:—Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén.

14. Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los jefes de los sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.

15. —¡Ve! —insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.

16. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.

17. Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»

18. Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado;

19. y habiendo comido, recobró las fuerzas.Saulo pasó varios días con los discípulos que estaban en Damasco,

20. y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.

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