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Hechos 8:17-35 Nueva Versión Internacional (NVI)

17. Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos, y ellos recibieron el Espíritu Santo.

18. Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero

19. y les pidió:—Denme también a mí ese poder, para que todos a quienes yo les imponga las manos reciban el Espíritu Santo.

20. —¡Que tu dinero perezca contigo —le contestó Pedro—, porque intentaste comprar el don de Dios con dinero!

21. No tienes arte ni parte en este asunto, porque no eres íntegro delante de Dios.

22. Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al Señor. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención.

23. Veo que vas camino a la amargura y a la esclavitud del pecado.

24. —Rueguen al Señor por mí —respondió Simón—, para que no me suceda nada de lo que han dicho.

25. Después de testificar y proclamar la palabra del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas poblaciones de los samaritanos.

26. Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza.»

27. Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Éste había ido a Jerusalén para adorar

28. y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carro, leyendo el libro del profeta Isaías.

29. El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro.»

30. Felipe se acercó de prisa al carro y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó:—¿Acaso entiende usted lo que está leyendo?

31. —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica?Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él.

32. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente:«Como oveja, fue llevado al matadero;y como cordero que enmudece ante su trasquilador,ni siquiera abrió su boca.

33. Lo humillaron y no le hicieron justicia.¿Quién describirá su descendencia?Porque su vida fue arrancada de la tierra.»

34. —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe.

35. Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús.

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