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Hechos 7:15-32 Nueva Versión Internacional (NVI)

15. Bajó entonces Jacob a Egipto, y allí murieron él y nuestros antepasados.

16. Sus restos fueron llevados a Siquén y puestos en el sepulcro que a buen precio Abraham había comprado a los hijos de Jamor en Siquén.

17. »Cuando ya se acercaba el tiempo de que se cumpliera la promesa que Dios le había hecho a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto.

18. Por aquel entonces subió al trono de Egipto un nuevo rey que no sabía nada de José.

19. Este rey usó de artimañas con nuestro pueblo y oprimió a nuestros antepasados, obligándolos a dejar abandonados a sus hijos recién nacidos para que murieran.

20. »En aquel tiempo nació Moisés, y fue agradable a los ojos de Dios. Por tres meses se crió en la casa de su padre

21. y, al quedar abandonado, la hija del faraón lo adoptó y lo crió como a su propio hijo.

22. Así Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en palabra y en obra.

23. »Cuando cumplió cuarenta años, Moisés tuvo el deseo de allegarse a sus hermanos israelitas.

24. Al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, acudió en su defensa y lo vengó matando al egipcio.

25. Moisés suponía que sus hermanos reconocerían que Dios iba a liberarlos por medio de él, pero ellos no lo comprendieron así.

26. Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Señores, ustedes son hermanos; ¿por qué quieren hacerse daño?”

27. »Pero el que estaba maltratando al otro empujó a Moisés y le dijo: “¿Y quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros?

28. ¿Acaso quieres matarme a mí, como mataste ayer al egipcio?”

29. Al oír esto, Moisés huyó a Madián; allí vivió como extranjero y tuvo dos hijos.

30. »Pasados cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto cercano al monte Sinaí, en las llamas de una zarza que ardía.

31. Moisés se asombró de lo que veía. Al acercarse para observar, oyó la voz del Señor:

32. “Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Moisés se puso a temblar de miedo, y no se atrevía a mirar.

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