Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 26:25-32 Nueva Versión Internacional (NVI)

25. —No estoy loco, excelentísimo Festo —contestó Pablo—. Lo que digo es cierto y sensato.

26. El rey está familiarizado con estas cosas, y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento. Estoy convencido de que nada de esto ignora, porque no sucedió en un rincón.

27. Rey Agripa, ¿cree usted en los profetas? ¡A mí me consta que sí!

28. —Un poco más y me convences a hacerme cristiano —le dijo Agripa.

29. —Sea por poco o por mucho —le replicó Pablo—, le pido a Dios que no sólo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy, lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.

30. Se levantó el rey, y también el gobernador, Berenice y los que estaban sentados con ellos.

31. Al retirarse, decían entre sí:—Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte ni la cárcel.

32. Y Agripa le dijo a Festo:—Se podría poner en libertad a este hombre si no hubiera apelado al emperador.

Leer capítulo completo Hechos 26