Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 26:22-28 Nueva Versión Internacional (NVI)

22. Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:

23. que el Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los gentiles.

24. Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió.—¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.

25. —No estoy loco, excelentísimo Festo —contestó Pablo—. Lo que digo es cierto y sensato.

26. El rey está familiarizado con estas cosas, y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento. Estoy convencido de que nada de esto ignora, porque no sucedió en un rincón.

27. Rey Agripa, ¿cree usted en los profetas? ¡A mí me consta que sí!

28. —Un poco más y me convences a hacerme cristiano —le dijo Agripa.

Leer capítulo completo Hechos 26